El cáncer de cuello uterino o cáncer de cérvix, es el que se origina en las células del cuello del útero,  la porción final, inferior y estrecha del útero (matriz) que conecta el útero con la vagina (canal del parto).

Varias cepas del virus del papiloma humano juegan un papel importante en la causa de la mayoría de los tipos de cáncer del cuello del útero.

El virus del papiloma humano es una infección frecuente que se trasmite por contacto sexual. Cuando se expone al virus del papiloma humano, el sistema inmunitario del cuerpo generalmente evita que el virus haga daño. Sin embargo, en un pequeño porcentaje de personas, el virus sobrevive durante años. Esto contribuye al proceso que hace que algunas células del cuello del útero se conviertan en células cancerosas.

Es el segundo cáncer más frecuente en mujeres después del de mama y el quinto respecto a todos los cánceres.

El cáncer de cuello uterino se forma, por lo general, de manera lenta a lo largo del tiempo. Antes de que este cáncer se forme, las células del cuello del útero sufren ciertos cambios conocidos como displasia y se convierten en células anormales en el tejido del cuello uterino. Con el tiempo, si las células anormales no se destruyen o se extraen, es posible que se vuelvan cancerosas, se multipliquen y se diseminen a partes más profundas del cuello uterino y a las áreas que lo rodean.

El Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino se celebra el 26 de marzo de cada año con el objetivo de concienciar a todas las mujeres del mundo de la importancia de prevenir esta enfermedad.

Es el segundo cáncer más frecuente en mujeres después del de mama y el quinto respecto a todos los cánceres. Hay cinco millones de mujeres diagnosticadas en todo el mundo.

Es considerado el tipo de cáncer más frecuente en mujeres de entre 35 y 44 años, y el promedio de edad de los casos diagnosticados es de 50 años.  

La primera acción para prevenir el cáncer de cuello uterino es una continua evaluación de la mujer por parte de los especialistas en esta materia. Se recomienda la visita periódica al médico para que se realicen los estudios pertinentes, sobre todo, si la persona ya se ha iniciado en la vida sexual.

Los síntomas pueden ser:

Sangrado vaginal irregular intermenstrual.

Dolor de espalda, piernas o pélvico.

Molestias vaginales o flujo vaginal oloroso.

Sangrado vaginal anormal después de haber tenido relaciones sexuales.

Cansancio, pérdida de peso o de apetito.

Hinchazón de las piernas.

 Los cuidados de prevención

Vacunación: prevención primaria con la vacuna de HPV que está incluida en el calendario vacunal a los 11-12 años. En Ecuador dentro del esquema de vacunas del Ministerio de Salud Pública, la colocación está prevista a los 9 años.

Programas de cribado con revisiones ginecológicas anuales mediante una citología.

Dieta equilibrada.

Evitar sobrepeso.

Control ginecológico