Por Dra. Carolina Alvear Ayala

La principal manera de evitar una enfermedad es cambiando el estilo de vida, mantener un peso saludable, evitar el consumo de tabaco y alcohol, realizar actividad física son algunos de los cambios que podrían realizarse. Sin embargo, es importante que en mujeres que presenten alto riesgo de padecer cáncer de mama, se realicen estudios específicos como la mamografía, examen que ayuda a la detección temprana y oportuna. 

La mamografía juega un papel central en la detección temprana del cáncer de seno, ya que puede identificar cambios en los senos, antes de que el médico o el paciente los puedan sentir.

Las mamografías están recomendadas cada dos años en mujeres con bajo riesgo entre los 50 y los 74 años. En mujeres con dos o más factores de riesgo se recomienda que los estudios se inicien a los 40 años, posterior a los 75 años la probabilidad de padecer la enfermedad es mucho menor.

 El cáncer de seno que se detecta temprano, cuando es pequeño y no se ha extendido, es más fácil de tratar con buenos resultados. Los exámenes ayudan a detectarlo antes de que empiece a causar síntomas.

 Otras formas de prevenir o detectar esta patología, a pesar de que no es la mejor, es el auto examen de mamas, a nivel mundial se han realizado varias campañas para que las mujeres se familiaricen con sus senos y puedan autoexplorarse regularmente.

El auto examen de senos es un procedimiento realizado por la mujer para examinarse física y visualmente y así poder detectar cambios en las mamas.  Al realizar este procedimiento regularmente se logra conocer como son normalmente los senos y así notar cualquier cambio y este apareciera, se recomienda que el autoexamen se realice a partir de los 20 años y una semana o varios días después de la menstruación.

El proceso para realizarse un autoexamen de mama es el siguiente:

  1. Párese frente a un espejo que sea lo suficientemente grande como para ver sus senos con claridad. Revise cada seno para detectar cualquier anormalidad. Revise que no haya arrugas, hoyuelos o descamación en la piel. Busque cualquier secreción de los pezones.
  2. Prestando mucha atención al espejo, junte las manos detrás de la cabeza y empújelas hacia delante.
  3. Presione las manos firmemente sobre las caderas e inclínese ligeramente hacia el espejo a medida que saca los hombros y los codos hacia delante. Siga los pasos 2 y 3 para determinar cualquier cambio en la forma o el contorno de sus senos. A medida que sigue estos pasos, debe sentir que los músculos del tórax se contraen.
  4. Presione ligeramente cada pezón para determinar si hay secreción.
  5. Recuéstese de espaldas, con un brazo sobre la cabeza y una almohada o toalla doblada debajo del hombro. Esta posición alisa el seno y facilita el examen.
  6. Utilice las yemas de los dedos de la otra mano para revisar el seno y el área circundante con firmeza, cuidado y detenimiento. Algunas mujeres prefieren usar loción o talco para ayudar a sus dedos a deslizarse más fácilmente sobre la piel. Busque cualquier bulto o masa extraña debajo de la piel. Palpe el tejido presionando los dedos en áreas pequeñas y superpuestas que sean de tamaño similar al de una moneda de diez centavos. Para asegurarse de cubrir todo el seno, tómese su tiempo y siga un patrón definido:  líneas, círculos o cuñas.

Si encuentra algún bulto o cambio en alguna de sus mamas acuda inmediatamente a su médico.