La tricomoniasis es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por el parásito protozoario Trichomonas vaginalis, registra una mayor frecuencia de casos entre las mujeres adultas frente a los datos que se computan entre las jóvenes o los hombres de cualquier edad.

Pese a que es muy común es la ITS que muestra menos síntomas y resulta más fácil curar”, destaca la Dra. Carmen González Enguita, jefa del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, en un artículo publicado por la agencia española de noticias EFE.

“No está claro para la medicina por qué algunas personas presentan síntomas y otras no, una característica que probablemente dependerá de factores como la edad y su salud en general”, observa la médica y cirujana.

A menudo la infección no presenta síntomas. Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de presentar algún síntoma.

 “Esta infección protozoaria suele pasar desapercibida, ya que alrededor del 50% de las mujeres y el 80% de los hombres no presentan síntomas o signos de la infección parasitaria; es decir, la mayoría desconoce su situación corporal de vector de transmisión”, subraya. 

 La tricomoniasis es más prevalente, por lógica infectiva, en personas con múltiples parejas sexuales que no utilizan métodos de barrera (preservativo) durante sus relaciones amorosas.

 En las mujeres, el parásito se hace fuerte en la vulva, vagina y uretra. En los hombres busca la uretra. Por tanto, vagina y pene serán las zonas corporales a vigilar. Es infrecuente que el parásito infecte el ano, la boca o las manos, aunque boca, manos y juguetes sexuales pueden trasladar al parásito de unas zonas corporales a otras.

La acción de la tricomoniasis en mujeres y hombres

“Cuando aparecen síntomas, estos pueden ir desde una irritación leve a una inflamación importante. Suelen presentarse de 5 a 28 días después de haber mantenido contacto sexual sin protección con alguien, hombre o mujer, que padece tricomoniasis; aunque en ocasiones este periodo puede ser mayor”, alerta.

  • Las mujeresnotarán picazón, ardor, enrojecimiento o dolor en los genitales; molestia al orinar, o una secreción que puede ser transparente, blanca, amarillenta o verdosa y con un olor inusual.
  • Los hombressentirán picazón o irritación en el pene; también, ardor después de orinar o eyacular; incluso pueden tener alguna secreción proveniente de la zona peneana.

Además, sentir dolor durante las relaciones sexuales podría ser una señal secundaria de la presencia patológica del parásito. Los síntomas, a su vez, pueden aparecer y desaparecer en el tiempo, lo cual redundaría en la falta de diagnóstico y tratamiento.

La tricomoniasis no se puede diagnosticar por la sola presencia de síntomas. Es preciso un estudio de laboratorio con una muestra de la zona genital afectada.

“También es aconsejable realizarse pruebas para detectar otras infecciones de transmisión sexual, ya que el o la paciente podría tener más de una infección a la vez, con el VIH“, dice la experta.

  ¿Debemos hablar con nuestra pareja acerca de la infección parasitaria?

“Lo primero que hay que hacer es acudir al médico para identificar claramente la ITS que nos aflige. Y si padecemos tricomoniasis, como cualquier otra infección de transmisión sexual, es realmente aconsejable que la pareja o parejas habituales consulten con su médico de cabecera o de confianza”, expone la Dra. González Enguita. 

“De esta forma, la persona afectada evitará recidivas por la infección y tanto él o ella como su pareja o parejas podrán recibir un tratamiento en caso de necesitarlo, ya que la infección podría permanecer impasible meses o años si no se procede a su eliminación”, recalca.

 El tratamiento habitual es con antibióticos. Suele ser suficiente una dosis de metronidazol o tinidazol.

“Aún así, una de cada cinco personas tratadas vuelve a padecer la infección después de los tres meses del tratamiento debido, fundamentalmente, a que mantienen relaciones sexuales prematuramente, incluso con preservativo, con sus parejas habituales no tratadas o todavía no curadas”, advierte.

“Es imprescindible el control médico hasta que haya desaparecido por completo el parásito”.

 Si la tricomoniasis no se trata adecuadamente puede provocar enfermedad inflamatoria a diferentes niveles del aparato genital, lo que conllevaría a facilitar, si fuera el caso, la transmisión del VIH u otras ITS.

Tricomoniasis en la mujer embarazada  

“La infección parasitaria en las mujeres embarazadas puede ocasionar mayor probabilidad de parto prematuro y bajo peso en el recién nacido. Además, puede contagiar al bebé durante el parto”, explica.

Es trascendental, por tanto, acudir a los controles ginecológicos periódicos durante la gestación del bebé y la especialista para descartar este tipo de infecciones así como cualquier otra.

Si la pareja de la mujer gestante tiene tricomoniasis, debe evitar las relaciones sexuales, aún utilizando preservativo, hasta que haya finalizado el tratamiento y los síntomas hayan desaparecido en ambos.

Los consejos de la doctora Carmen González Enguita

  • “Evite siempre tener relaciones sexuales de riesgo, sin protección física, a pesar de que el preservativo no sea eficaz en el 100% de los casos, ya solo protege la zona que cubre. Impide la adquisición de la tricomoniasis y otras ITS, además de evitar embarazos no deseados”.
  • “Están contraindicadas las relaciones sexuales durante el proceso de la infección y hasta su curación final. Espérese a tener relaciones sexuales hasta que todos los análisis preceptivos confirmen la desaparición del organismo unicelular”.
  • “Mantener relaciones sexuales con diferentes parejas es sinónimo de un mayor riesgo de contraer cualquier infección de transmisión sexual. A más parejas más posibilidades tanto de ITS como de enfermedades de transmisión sexual”, concluye nuestra uróloga de referencia.