La hipertensión arterial es la principal causa de ataques cardíacos, fallas al corazón y derrames cerebrales; a pesar de estos alarmantes datos, sólo una de cada dos personas hipertensas desconoce su condición.
Cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión Arterial. Este año el lema es “Mida su presión arterial con precisión, contrólela, viva más tiempo”.
Es una condición o estado, donde la persona presenta una presión arterial sistémica elevada. El problema con esta condición es que en muchos casos puede llegar a ser letal y rara vez provoca síntomas previos al pico alto de tensión.
La hipertensión es la principal causa de las enfermedades cardiovasculares, que anualmente se cobran la vida de 17 millones de personas en el mundo. De ese total 9,4 millones de muertes son consecuencia directa de la hipertensión.
Además de esta cifra, la hipertensión también es la responsable del 45% de los decesos por cardiopatías y del 51% de las muertes por enfermedades cardiovasculares.
Según el doctor Gregory Celis, Director Médico de Laboratorios Bagó, esta enfermedad “se origina por el aumento de las cifras tensionales de la presión arterial sobre los valores normales, donde los vasos sanguíneos llegan a tener una tensión elevada capaz de dañarlos, por lo que esta patología puede atacar a todos los órganos y sistemas del organismo “.
La carga de hipertensión recae de forma desproporcionada en países de ingresos bajos y medianos, que tienen dos tercios de los casos, en gran parte debido al incremento de los factores de riesgo en esas poblaciones en las últimas décadas.
Sobre el origen de la hipertensión
- Es una enfermedad silenciosa que generalmente empieza en la infancia por llevar estilos de vida poco saludables. Se incrementa en la juventud cuando existe exceso en la ingesta de comida chatarra, sedentarismo, consumo de alcohol y tabaco.
- Estos factores de riesgos ocasionan que las arterias se vuelven más duras con el paso del tiempo, lo cual dificulta el trabajo del corazón.
- El exceso de trabajo del corazón produce complicaciones o daños en los órganos blancos (cerebro, retina, corazón, pulmón, riñón y vasos sanguíneos) y todo el sistema cardiovascular y cerebral.
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La medición de la presión arterial es quizás el procedimiento que se realiza con más frecuencia en la medicina clínica y, aunque parece sencillo a primera vista, si la medición se realiza de manera subóptima conlleva a errores que pueden afectar las decisiones clínicas en hasta el 20-45% de los casos.
Vivir con hipertensión
La hipertensión afecta principalmente al cerebro, corazón, pulmón, riñones, vasos sanguíneos y retina. De ahí que es importante acudir a controles periódicos, una vez diagnosticada la enfermedad es vital para mantener la calidad de vida del paciente.
Su tratamiento debe ser orientado por un médico especializado, ningún paciente debe automedicarse por ninguna razón.
La hipertensión puede causar la muerte del paciente de forma repentina cuando los órganos cardiovasculares y cerebrales fallan y el organismo no es capaz de responder.
Debido a su dificultad de diagnóstico, es importante acudir a chequeos médicos periódicos y llevar un estilo de vida saludable.
Sobre su diagnóstico oportuno
- Medición alta de presión arterial sobre los (120/80) valores normales.
- Puede diagnosticarse por dolores de cabeza repentinos.
- Sensación de incremento innecesario de la frecuencia cardíaca.
- Sensación de cansancio excesivo.
- La valoración médica de un especialista, es importante acudir al médico en caso de presentar cualquier síntoma antes mencionado.
- Generalmente la mayoría de casos no presenta sintomatología clara más que las señales mencionadas anteriormente como factores de diagnóstico.
Sobre los factores de riesgo más comunes
- Vida sedentaria.
- Desequilibrios alimenticios: alta ingesta de comida chatarra, sal, grasas
- Estrés.
- Condición genética: si alguien de la familia ha padecido antes esta enfermedad.
Sobre su prevención
La hipertensión arterial puede prevenirse con un estilo de vida saludable, alimentación adecuada y ejercicio físico. De ahí que el especialista de Laboratorios Bagó recomienda promover buenos hábitos, tales como:
- Realizar actividad física diaria. La OMS sugiere que las personas con enfermedades crónicas realicen actividades físicas moderadas durante al menos 30 minutos al día.
- Mantener una dieta balanceada, incorporando todos los grupos de alimentos. Evitar aquellos que no son saludables como grasas saturadas y con exceso de sal o azúcar.
- Acudir al médico, especialmente si el paciente tiene familiares con hipertensión.