Si te levantas de la cama por las mañanas con dolor en la mandíbula y en la zona del oído, incluso con cefalea tensional, es muy probable que sufras una alteración dañina en la articulación temporomandibular, especialmente en el músculo masetero; patología que suele derivar en bruxismo o rechinar de dientes y que tiene una solución en el tratamiento con botox.
Lo confirman tanto el doctor Eduardo López Bran, director médico de la Clínica IMEMA, como la doctora Manuela Gómez Pérez, especialista y responsable de la Unidad de Estética Avanzada y Antiaging de la misma entidad, para quienes no nos hace más valientes aguantar el dolor mandibular y soportar el bruxismo, que conlleva, además, un desgaste pronunciado de las piezas dentarias.
“Siempre que el paciente esté bajo el control de médicos especializados, en coordinación con los profesionales de la odontología y la cirugía maxilofacial, esta toxina botulínica, eficaz y segura, consigue relajar la musculatura mandibular de tal manera que desaparecerán el dolor y las molestias a las pocas semanas de su aplicación clínica”, destacan.
“Es una situación bastante común, sobre todo durante la pandemia coronavírica actual, puesto que la gente sufre mucha ansiedad y miedo; estresantes que salen a rechinar cuando dormimos… aflora toda la tensión que hemos guardado en el subconsciente y apretamos las mandíbulas al hacer patentes nuestras preocupaciones”, explica la doctora Manuela Gómez.
El bruxismo puede ser de origen espontáneo (primario) o asociado a otras enfermedades (secundario)
- Hablamos de bruxismo primario cuando no existe una causa definida ni obedece a otros problemas médicos. Suele estar relacionado con la tensión y el estrés.
- Hablamos de bruxismo secundario cuando se puede diagnosticar un origen concreto o está asociado a otras enfermedades, principalmente neurológicas (epilepsia, enfermedad de Parkinson, etc.).
Este rechinamiento involuntario, inducido, puede provocar un dolor en los músculos del oído, en el cuello, y en la mandíbula; y no es extraño que ocasione cefalea tensional. Además, ocasiona desgaste dentario y sangrado en las encías.
También, al aumentar y endurecer los músculos maseteros, el bruxismo puede llegar a modificar la fisionomía facial, generando el aspecto de una cara cuadrada desde el punto de vista estético.
Estos problemas se pueden remediar con botox después de una exploración minuciosa de los músculos maseteros, analizando los puntos de máxima tensión en la zona facial
“Al relajar el masetero, la articulación temporomandibular queda libre de tensiones; y así, con botox, aunque la paciente siga sufriendo ansiedad por las noches o continúe preocupada o temerosa por el día, se consigue la relajación del músculo, sin esfuerzo alguno”, continúa.
“Además, el botox no genera efectos secundarios en el organismo. Estamos hablando de una neurotoxina que tiene diversos cometidos médicos y estéticos desde hace mucho tiempo, como su uso en casos de parálisis musculares en bebés lactantes y niños”, subraya.
El resultado de la intervención se observa a los diez días o dos semanas una vez iniciado el tratamiento. La articulación de la zona temporomandibular se encontrará mucho más relajada y el paciente notará que se levanta por las mañanas con una menor sobrecarga.
“La toxina botulínica se emplea, también, para relajar el músculo más potente que tenemos en la masticación, que no es otro que el masetero”, señala la Dra. Gómez Pérez, miembro de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC).
“No solo los y las pacientes dejan de referir dolor en la zona temporomandibular o en la zona del oído, sino que, a la vez, cuando comen, por ejemplo, carnes de caza, colines de pan o zanahorias crudas, ya no les duele o se les bloquea la mandíbula”, afirma la doctora Gómez.
Con este tratamiento se obtiene un bienestar mandibular de entre seis y doce meses, y cada tanto se deben implementar otra sesión de bótox.
“Si el paciente no consiguiera una mejoría clara de su dolencia se le derivaría a la consulta de una cirujana maxilofacial para que valorara la funcionalidad de la articulación temporomandibular”, informa.
Las inyecciones de botox apenas duelen y ofrecen otras ventajas estéticas
“A su vez, actúa sobre la producción de las glándulas sebáceas de la zona, con lo cual incide positivamente sobre el acné. Al mismo tiempo, podemos afinar sus rasgos faciales, puesto que al relajar el músculo masetero se produce un afinamiento del rostro”, concluye la doctora Manuela Gómez Pérez
El tratamiento del bruxismo con toxina botulínica es válido para la inmensa mayoría de las personas que lo padecen, pero es preceptivo que si el paciente tiene alguna alteración en su articulación temporomandibular o en la alineación de sus dientes deba acudir a otro especialista para que complete el tratamiento.
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