La paciente peruana Ana Estrada, de 43 años, ha emprendido una férrea lucha para lograr una muerte digna debido a la suma de afectaciones que sufre a consecuencia de polimiositis, una enfermedad rara, autoinmune, progresiva y degenerativa que atrofia e inflama los músculos, causando pérdida de fuerza.

A través de diferentes mecanismos legales y sociales, Ana impulsa su derecho a morir en condiciones dignas. El pasado 7 de enero, desde una cama, donde se encuentra semipostrada, expuso su caso ante el Poder Judicial peruano y defendió la necesidad de despenalizar el homicidio culposo, penado con hasta tres años de cárcel para quien por piedad mate a un enfermo incurable que le haya pedido poner fin a sus intolerables dolores.

«Ya ni siquiera la enfermedad es lo que más me causa dolor, sino que es este artículo 112 del código penal criminaliza y hace que el Estado tenga derecho sobre mi vida y decisiones» menciona Ana, a quien detectaron la enfermedad a los 12 años.

En su relato señala que, con los años y de manera insidiosa, “las limitaciones fueron cada vez más comprometedoras. A los 20 años comencé a usar silla de ruedas y poco a poco necesitaba más ayuda para realizar mis actividades diarias como vestirme, asearme, ir al baño, alimentarme etc. A pesar de todo, y con la ayuda de mi familia, logré titularme como psicóloga, trabajar y ser independiente”. 

En el 2015 sus músculos respiratorios comenzaron a perder fuerza y debió permanecer seis meses en cuidados intensivos. “Primero me intubaron por 15 días y luego me practicaron una traqueostomía. Me alimentaron por sonda orogástrica y finalmente me realizaron una gastrostomía”, señala

La condición actual de Ana es de semi postración, es decir, en el mejor de los días, logro estar 4 horas en una silla de ruedas, el resto del día pasa en cama, conectada a un ventilador o respirando espontáneamente por la tráquea. Esto ha obligado a que este cuidada por sus padres durante todo el tiempo

Ana reconoce que con el tiempo “llegará el momento en que perderé la poca fuerza que me queda y dependeré totalmente del ventilador, seré más propensa a infecciones y a úlceras por presión. Por ese motivo, desde que volví a casa en el 2016 comencé a investigar sobre la muerte digna, una figura ilegal en mi país”.

Ante su frustración, de no hallar una opción para poder morir, comenzó, desde enero de este año, a escribir en un blog y hacerlo público. “Mi vida ha encontrado un sentido y mi energía está puesta en luchar por mi derecho a una muerte digna, es decir mi búsqueda por la muerte se ha convertido en una motivación de vida, por más paradójico que parezca” señala.

Ana dice que ya ha perdido su trabajo, independencia y autonomía,” pero la libertad es lo único a lo que no voy a renunciar. La libertad para tener el derecho a elegir sobre mi vida y mi cuerpo y, si es que así lo deseo, poder morir en el momento que lo requiera o necesite” dice en una carta pública publicada en la plataforma Change.org que solicita apoyo de firmas para su causa y ha logrado el respaldo de más de 25 mil personas.

“Esta carta es un medio más para sensibilizar a la sociedad en general y, más adelante, presentarme de manera formal ante el Estado y proceder con las acciones correspondientes. Si estás de acuerdo con mi lucha y quieres apoyar te pido que firmes y lo difundas”, es el pedido de la mujer que pide apoyo al mundo entero.

Si está de acuerdo a apoyar el pedido de Ana, puede ingresar a Change.org y buscar en peticiones: Ana Estrada