La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, y el director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, difundieron este miércoles 10 de febrero, una declaración conjunta, con su posición sobre la administración de la vacuna para el Covid-19.

A fecha de hoy, casi 130 países, con 2500 millones de habitantes, todavía no han administrado ni una sola dosis. Esta estrategia contraproducente tendrá costos en vidas y medios de subsistencias, dará al virus nuevas oportunidades para mutar y evadir las vacunas y socavará la recuperación económica mundial. 

Hoy, UNICEF y la OMS –asociados desde hace más de 70 años– hacen un llamamiento a los dirigentes para que alcen la mirada más allá de sus fronteras y utilicen una estrategia vacunal que pueda efectivamente poner fin a la pandemia y poner freno a las variantes. 

El personal de salud ha estado en la primera línea de la pandemia en entornos de ingreso bajo y mediano y debería ser protegido primero, para que pueda a su vez protegernos a todos. 

Los países participantes en COVAX están preparándose para recibir y administrar vacunas. Se ha formado al personal de salud, se han acondicionado los sistemas de la cadena de frío. Lo que falta es el suministro equitativo de vacunas.  

Para garantizar que los despliegues de vacunas dan comienzo en todos los países en los primeros 100 días de 2021, es imperativo que:  

  • Los gobiernos que hayan vacunado a su propio personal de salud y poblaciones con alto riesgo de contraer una forma grave de la enfermedad compartan vacunas a través de COVAX para que otros países puedan hacer lo mismo. 
  • El Acelerador del Acceso a las herramientas contra la COVID-19 (ACT) y COVAX, su pilar de vacunas, estén plenamente financiados para que los países de ingreso bajo y mediano tengan a su disposición apoyo financiero y técnico para el despliegue y la administración de vacunas. Si contara con toda la financiación necesaria, el Acelerador ACT podría reportar hasta US$ 166 por cada dólar invertido. 
  • Los fabricantes de vacunas asignen de forma equitativa el limitado suministro de vacunas; intercambien datos sobre seguridad, eficacia y fabricación de forma prioritaria con la OMS para su examen regulatorio y normativo; intensifiquen y aumenten al máximo la producción; y transfieran tecnología a otros fabricantes que puedan ayudar a potenciar el suministro mundial. 

Necesitamos líderazgo mundial para expandir la producción de vacunas y lograr la equidad vacunal. La COVID-19 ha demostrado que nuestros destinos están inextricablemente unidos. Ya sea una victoria o una derrota, será de todos.