En esta era digital, y sobre todo en medio de una pandemia, donde el uso de dispositivos electrónicos es frecuente, es necesario realizarse un examen de los ojos, para evitar posibles afecciones.

Un examen visual completo de la vista, sobre todo si se realiza periódicamente, es la mejor manera de prevenir o detectar en una fase temprana cualquier enfermedad que pueda comprometer nuestra visión.

En muchos casos, un examen completo de los ojos puede ser la única manera de diagnosticar a tiempo enfermedades realmente importantes, algunas de la cuales pueden causar una pérdida irreversible de visión y, en los casos más extremos, incluso ceguera.

¿Qué es un examen completo de los ojos?

Un examen completo de los ojos es un procedimiento totalmente indoloro en el cual un oculista u oftalmólogo procede a una revisión exhaustiva de nuestra vista para confirmar que no sufrimos ninguna anomalía, o bien para realizar un diagnóstico certero de una patología o problema de visión.

Durante la exploración, el especialista examina las diferentes partes de los ojos del paciente, especialmente las más susceptibles de sufrir algún tipo de patología, en especial la retina. Un examen de los ojos con dilatación de las pupilas también le permite al médico observar si se ha producido algún daño en el nervio óptico, lo que ocurre cuando una persona tiene, por ejemplo, glaucoma.

¿Qué pruebas incluye un examen visual completo?

Un examen completo de los ojos puede estar configurado por las siguientes pruebas: revisión del fondo de ojo, tonometría, examen del campo visual y examen de la agudeza visual. Veamos en qué consisten cada una de ellas:

Examen del fondo del ojo con dilatación de las pupilas. En primer lugar, el oftalmólogo pone unas gotas en los ojos del paciente para dilatarle o agrandarle las pupilas. Posteriormente,  el profesional mira a través de una lente de aumento especial para examinar su ojo y buscar señales de posibles patologías o daños en la retina.

Tonometría. Esta prueba sirve para medir la presión o tensioón del ojo. Una presión elevada puede ser señal de glaucoma, una enfermedad ocular que se caracteriza por la pérdida de visión como consecuencia de un daño en el nervio óptico secundario, provocada, por regla general, por un aumento de la presión intraocular (PIO).

Examen de campo visual o campimetría. Esta prueba mide la visión lateral o periférica y consiste en que el paciente enfoque uno o los dos ojos en un punto fijo e indique cuando percibe, por ejemplo, un punto luminoso o un objeto puesto delante de él. Tras comparar con los valores indicativos de personas sanas, el médico encargado de realizar el examen valora si el campo visual del paciente es normal o está restringido.

Examen de agudeza visual. Se utiliza un optotipo, una tabla con la que se mide la vista a diferentes distancias. Normalmente se utiliza la tabla de Snellen o una tarjeta estandarizada colocada a una distancia de 6 metros. Se emplean tablas especiales cuando el examen se hace a distancias menores. Algunas tablas de Snellen son monitores de vídeo que muestran letras o dibujos, que van muy bien para valorar la visión de niños o personas que no saben leer.

Estas pruebas apenas revisten molestias para el paciente y además son bastante rápidas. Eso sí, el efecto de las gotas de dilatación de las pupilas hará que tu visión sea borrosa (especialmente en las distancias cercanas) durante algunas horas. Fuente: https://www.clinicabaviera.com/blog/    (I)