El cáncer de pulmón sigue siendo uno de los cánceres más comunes en el mundo, convirtiéndose en una de las principales causas de muerte y cobrando anualmente más vidas que el cáncer de mama, colon y próstata juntos.

Por ello, es necesario recordar a todas las personas sobre la importancia de esta patología, enfatizando en los factores de riesgo y las opciones de pruebas y tratamiento.

En Ecuador, 15 de cada 100 muertes se atribuyen al cáncer. Según estadísticas de la Sociedad Ecuatoriana de Oncología, cada año se diagnostican aproximadamente 28.000 personas con esta enfermedad. La mayor incidencia en hombres es el cáncer próstata, con un 24%, seguida del cáncer de estómago, linfoma, colon y pulmón.

Aunque este no es siempre el caso, los pacientes con cáncer de pulmón a menudo experimentan muchos síntomas comunes; estos son imprecisos, es decir, pueden ser similares a los síntomas de otras enfermedades benignas, por lo que son ignorados o pasan desapercibidos. Es así como, según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 2/3 de los pacientes son diagnosticados cuando el cáncer ha hecho metástasis. (OMS)

Entre los principales síntomas de aparición temprana en el cáncer de pulmón se destacan: cansancio, pérdida de apetito, tos seca, tos con sangre, dificultad para respirar (debido a que un lóbulo del pulmón está colapsado o bien, porque en algunas ocasiones el tumor invade la pleura y esta reacciona generando líquido y provocando la disnea).

La OMS estima que entre un 30% y un 50% de los casos de cáncer son evitables. Para ello, es necesario reducir los factores de riesgo y aplicar estrategias preventivas con base científica.
Los tratamientos para el cáncer de pulmón incluyen cirugía, radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia y terapias dirigidas, que involucran el uso de medicamentos que atacan células cancerosas específicas mientras causan menos daño a las células normales.

Signos y síntomas del cáncer de pulmón

La mayoría de los cánceres de pulmón solo causan síntomas cuando ya se han propagado. Sin embargo, algunas personas con cáncer de pulmón en etapas tempranas presentan síntomas. Si acude al médico cuando comienza a notar los síntomas, es posible que el cáncer se diagnostique en una etapa más temprana cuando es más probable que el tratamiento sea eficaz, indica la página https://www.cancer.org/ .

Es más probable que la mayoría de estos síntomas sean por causa distinta al cáncer de pulmón. No obstante, si tiene cualquiera de estos problemas, es importante que consulte con su médico de inmediato para que se pueda determinar la causa y recibir tratamiento de ser necesario.

Los síntomas más comunes del cáncer de pulmón son:

Una tos que no desaparece o que empeora

Tos con sangre o esputo (saliva o flema) del color del metal oxidado

Dolor en el pecho que a menudo empeora cuando respira profundamente, tose o se ríe

Ronquera

Pérdida del apetito

Pérdida de peso inexplicable

Dificultad para respirar

Cansancio o debilidad

Infecciones como bronquitis y neumonía que no desaparecen o que siguen recurriendo

Nuevo silbido de pecho

Si el cáncer de pulmón se propaga a otras partes del cuerpo, puede causar:

Dolor en los huesos (como dolor en la espalda o las caderas)

Alteraciones del sistema nervioso (como dolor de cabeza, debilidad o adormecimiento de un brazo o una pierna, mareos, problemas con el equilibrio o convulsiones) a causa de la propagación del cáncer al cerebro

Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia) a causa de la propagación del cáncer al hígado

Hinchazón de los ganglios linfáticos (grupos de células del sistema inmunitario) como las del cuello o por encima de la clavícula

Recomendaciones

Life & Hope, centro de tratamientos ambulatorios de alta especialidad en cáncer, reumatología y enfermedades crónicas, recomienda realizarse chequeos médicos oportunamente a fin de prevenir la enfermedad.

También sugiere, desarrollar un estilo de vida saludable en la vida cotidiana, por ello, a la hora de pensar en cómo evitar el cáncer de pulmón, debemos recordar que además del hábito de fumar, existen otros factores de riesgo como el sedentarismo, la obesidad, la mala alimentación o el consumo de alcohol.

Asimismo, es necesario analizar factores de riesgo como antecedentes personales o familiares. Si se constata existen de alguno de ellos se debe realizar un seguimiento y control continuo.

En la prevención también es importante realizarse un chequeo al menos una vez al año.
La realización de pruebas médicas que evalúen el estado del sistema respiratorio ayuda a prevenir diferentes padecimientos y a tomar las medidas oportunas que, en caso de ser necesarias, mejorarán el estado de salud general de los pacientes. (I) Foto: ABC es.