Según cifras actualizadas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la neumonía es causante del 15% de las defunciones en niños menores de 5 años. Además, esta enfermedad puede constituir una de las consecuencias del COVID-19.
En el informe publicado por el Ministerio de Salud Pública del Ecuador, se explica que la denominación de neumonía adquirida en la comunidad se refiere a un proceso de origen infeccioso e instauración aguda, que afecta el parénquima pulmonar en pacientes inmunocompetentes que no hayan sido hospitalizados en los últimos siete días; clínicamente caracterizado por signos respiratorios como tos, rinorrea, taquipnea y tiraje; con una evolución no mayor a 15 días; y acompañado de alteración del estado general, fiebre o hiporexia [15].
Etiología
La etiología de la neumonía adquirida en la comunidad en el paciente varía de acuerdo al grupo de edad. No obstante, solo se consigue identificar al agente responsable en un 30-40 % de los casos.
En pacientes menores de dos años, las causas más frecuentes son las virales (80 %), producidas Neumonía adquirida en la comunidad en pacientes de 3 meses a 15 años 17 por el virus sincitial respiratorio, rinovirus, parainfluenza, influenza y adenovirus. A medida que se incrementa la edad, predomina la etiología bacteriana, como el Streptococcus pneumoniae, Mycoplasma pneumoniae y Chlamydia pneumoniae.
Las coinfecciones se presentan en un tercio de los casos (ver anexo 2) [16]. El Streptococcus pneumoniae es el principal agente bacteriano que produce neumonía adquirida en la comunidad. Su prevalencia alcanza entre el 37 % y el 44 %, afectando a todos los grupos etarios, y su importancia radica en que es el responsable de causar neumonía grave [17].
Gracias a la vacunación antineumocócica, se ha disminuido la incidencia total de enfermedad invasiva (septicemia, meningitis). Sin embargo, en ciertas poblaciones, debido a la colonización nasofaríngea por los serotipos no vacunales, se ha incrementado la enfermedad causada por estas variantes (fenómeno de reemplazo). Los beneficios obtenidos por la vacuna superan dicho fenómeno [18].
Los gérmenes atípicos como Chlamydia pneumoniae y Mycoplasma pneumoniae se manifiestan con más frecuencia en escolares y adolescentes, sin predominio estacional. Ambos patógenos se han relacionado con episodios recurrentes de broncoespasmo en pacientes susceptibles [16]. Por otro lado, cabe recalcar que el Haemophilus influenzae no tipificable no se considera como un patógeno habitual en pacientes salvo que exista o se desarrolle una enfermedad pulmonar crónica [3].
Las coinfecciones inducen más inflamación y manifestaciones clínicas que las bacterianas o virales individualmente. Por lo tanto, los pacientes que las padecen requieren hospitalización con más frecuencia. La coinfección viral es frecuente en menores de tres años y puede ser un factor de mal pronóstico, por producir neumonías graves [16].
Aunque no está demostrado, se piensa que las infecciones víricas facilitan las infecciones bacterianas e incluso potencian su efecto. Aproximadamente entre el 20-30 % de las neumonías adquiridas en la comunidad son causadas por infecciones mixtas virus-bacteria, siendo el neumococo la bacteria que se presenta con más frecuencia asociada a virus sincitial respiratorio. Otra coinfección que se menciona por su capacidad de generar neumonía necrotizante de elevada mortalidad es la de Influenza con Staphylococcus aureus [17,19,20].
Factores de riesgo
Existen factores de riesgo para neumonía grave dependientes del huésped y del ambiente. Dentro del primer grupo, se incluye prematuridad, bajo peso al nacer, no haber recibido lactancia materna durante los primeros cuatro meses de vida, malnutrición, inmunización incompleta (neumococo, Haemophilus, sarampión, pertusis), asma e hiperreactividad bronquial, infecciones respiratorias recurrentes, antecedentes de otitis media con tubos de timpanostomía y enfermedades crónicas (cardiorrespiratorias, inmunitarias, neuromusculares).
Además se menciona que determinados polimorfismos genéticos de la respuesta inmune innata o específica se encuentran aún en estudio. Entre los factores dependientes del ambiente, se identifican: madre adolescente, analfabetismo materno, hacinamiento, asistencia a guarderías y exposición al humo del tabaco [3,16,17] . Neumonía adquirida en la comunidad en pacientes de 3 meses a 15 años 18
Patogenia
Desde el punto de vista anatomopatológico, la neumonía se localiza en el parénquima pulmonar; específicamente en las unidades de intercambio gaseoso (bronquiolos terminales y respiratorios, alvéolos e intersticio). Al llegar al alvéolo, los microorganismos se multiplican y originan una respuesta inflamatoria [21].
Los mecanismos de defensa del sistema respiratorio son barreras anatómicas, células y proteínas, capaces de desarrollar una respuesta eficaz contra microorganismos invasores y de reconocer y eliminar partículas exógenas, células neoplásicas y material endógeno.
Cualquier proceso que altere estos mecanismos normales de defensa, condiciona el desarrollo de procesos infecciosos que afectan el parénquima pulmonar (como la neumonía) [22]. En pacientes sanos, es común que el tracto respiratorio superior se encuentre colonizado por bacterias patógenas, que usualmente preceden a la invasión del tracto respiratorio inferior por estos microorganismos [22].
Las vías por las cuales los microorganismos penetran al parénquima pulmonar son [22]: a) Descendente: relacionada con un cuadro respiratorio viral alto previo. b) Por aspiración: debido a alteraciones en la mecánica de deglución, reflujo gastroesofágico y episodios agudos de epilepsia. c) Por alteraciones anatómicas, funcionales o inmunológicas: relacionadas con enfermedades como fibrosis quística, tratamientos inmunosupresores e inmunodeficiencias. d) Por diseminación hematógena. Complicaciones En un paciente que permanece febril o no mejora dentro de 48 horas luego de haber iniciado tratamiento, se debe sospechar una complicación [19].
Las complicaciones de la neumonía adquirida en la comunidad ocurren en tres niveles [3]: a) Pulmonar: derrame pleural o empiema, neumotórax, absceso pulmonar, fístula broncopleural, neumonía necrotizante e insuficiencia respiratoria aguda. b) Metastásico: meningitis, absceso en sistema nervioso central, pericarditis, endocarditis, osteomielitis, artritis séptica. c) Sistémico: síndrome de respuesta inflamatoria sistémica o sepsis, síndrome hemolítico urémico.
Síntomas:
Pueden ser variados y presentarse en distinto orden.
- Fiebre: En niños y adultos se presenta fiebre. En los adultos mayores puede no presentarse, por el contrario, podrían experimentarse bajas temperaturas.
- Malestar general: Sensación de cansancio, dolor del cuerpo.
- Dificultad para respirar: Falta de aire e incluso respiración dificultosa.
- Tos: Este síntoma suele ser intenso y se acompaña de dolor en el tórax. Puede estar acompañada de flema.
- Náuseas y vómito.
- Desorientación o confusión: Debido a la falta de oxigenación, el paciente suele sentirse confundido y desorientado.
Sobre las formas de contagio:
La neumonía generalmente se produce por virus, bacterias, parásitos o incluso hongos que se encuentran en el ambiente. Cualquiera de estos agentes genera infección en los pulmones, alterando significativamente su función vital.
- La enfermedad COVID-19, producida por el virus SARS-COV2, también puede causar neumonía al ser un agente viral infectante para el pulmón.
- Otra forma habitual de contagio es por aspiración. Esto sucede cuando el individuo regresa la comida del estómago a la boca sin llegar a vomitarla (regurgitar) e involuntariamente ingresa a la tráquea, lo que produce neumonitis, que es una inflamación del tejido pulmonar.
Sobre sus posibles complicaciones:
- La neumonía es una enfermedad de alto riesgo, esto debido a las afecciones directas que causa en los pulmones. Si la enfermedad no se detecta y trata a tiempo por un especialista podría causar insuficiencia respiratoria, una infección generalizada en el organismo, que puede desencadenar lo que se conoce médicamente como sepsis, que podría causar la muerte del paciente.
- La infección puede llegar a dañar el tejido pulmonar de por vida.
Sobre las personas vulnerables:
De acuerdo al Dr. Gregory Celis, “al tratarse de una enfermedad respiratoria, existen ciertos grupos de personas que podrían verse más afectados al contraer esta patología “, entre estos se encuentran:
- Niños: Son más vulnerables a la neumonía debido a que su sistema inmune está en desarrollo y los agentes virales, bacterianos, parasitarios o micóticos (hongos) pueden ser extremadamente agresivos.
- Tercera edad: Debido a que su sistema inmune actúa más lentamente suelen padecer otras enfermedades, los hace extremadamente vulnerables ante la neumonía.
- Enfermedades preexistentes: Las personas que padecen diabetes, hipertensión arterial o cualquier trastorno que afecte al sistema inmune son más propensas a tener complicaciones.
- Fumadores: Este grupo se vuelve muy vulnerable debido a los efectos que la nicotina y el resto de componentes causan en las células pulmonares.
Sobre la prevención de contagio de neumonía:
- Nunca automedicarse y acudir al médico en caso de presentar los síntomas señalados.
- Mantener una alimentación sana.
- Procurar una hidratación adecuada en el día a día.
- Evitar acudir a sitios de contagio como clínicas u hospitales sin necesidad.
“La neumonía es una enfermedad infecciosa que afecta al pulmón, su forma de contagio más común puede ser viral o bacteriano, generando pus y líquido en los alvéolos pulmonares, encargados de intercambiar el oxígeno y dióxido de carbono entre el pulmón y la sangre. La enfermedad produce usualmente una respiración dolorosa y limita la absorción de oxígeno para el cuerpo», explica el Dr. Gregory Celis, Director Médico de Laboratorios Bagó. De ahí que es importante identificar los síntomas a tiempo. (I)