Redacción Evelin Rosas
Los pacientes con hipertensión pulmonar se enfrentan al desconocimiento médico de su enfermedad, lo que conlleva a diagnósticos y tratamientos tardíos que perjudican su calidad y esperanza de vida. Por ello, han organizado una campaña virtual que busca captar el interés y ayuda de la Organización Panamericana de la Salud.
La hipertensión pulmonar es una enfermedad crónica que afecta a las arterias de los pulmones y al lado derecho del corazón, generando un aumento de la presión en la circulación pulmonar. Los síntomas son: dificultad para respirar, fatiga, dolores de pecho, mareo, desmayo, hinchazón en los brazos, piernas y abdomen y coloración azulada en los labios y la piel.
“En el mundo, se estima que existen cinco pacientes con hipertensión pulmonar, por cada millón de habitantes”, explica el cardiólogo especialista en hipertensión pulmonar, Adrián Lescano, en el marco del lanzamiento de la campaña virtual #ElSiguienteRespiro, organizada por 14 organizaciones de pacientes de hipertensión pulmonar de la región.
Existen más de 70 causas asociadas al desarrollo de hipertensión pulmonar, “no todos los pacientes tienen el mismo pronostico, no todos los pacientes tienen el mismo tratamiento, por lo tanto, es muy importante que se trabaje de forma interdisciplinaria”, apunta Lescano.
También se han logrado identificar algunas causas comunes que pueden originar la hipertensión pulmonar, como puede ser la utilización de ciertos fármacos o drogas, desordenes metabólicos, enfermedades de la sangre, enfermedades el tejido convectivo como: lupus, artritis reumatoide, esclerosis sistémica, una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, una enfermedad cardiaca o fallos en el ventrículo izquierdo del corazón.
Es así como el médico Lescano recomienda identificar posibles casos de hipertensión pulmonar, haciendo una valoración a estos grupos de personas que pueden llegar a padecerla, pues una identificación temprana de la enfermedad podría significar la diferencia para que un paciente pueda llevar una vida de calidad.
En América latina existen pocos estudios en relación con el tiempo de diagnóstico de esta enfermedad. Según cifras de las asociaciones de Hipertensión Pulmonar a nivel regional, en Argentina se llega a diagnosticar la enfermedad en 1.4 años. En Brasil, el 60% de casos tienen un diagnostico en menos de un año, el 25% tarda de uno a tres años, el 5% de tres a cinco años y el 10% llega a esperar un tiempo superior a cinco años. Chile tiene un promedio de diagnóstico de dos a cinco años. Colombia de dos a tres y México de uno a dos años.
Lescano afirma que el diagnóstico temprano de la enfermedad y el acceso interrumpido a todos los tratamientos disminuyen las complicaciones graves de los pacientes un 44%. “Esta enfermedad es progresiva, el paciente no pasa de una etapa a otra de uno a otro día. El diagnóstico precoz del paciente ayuda a que acceda de forma más rápida a un tratamiento”, enfatiza.
En promedio, un paciente pasa por cinco doctores y espera alrededor de 27 meses pare recibir el diagnostico, “esto implica más de dos años de evolución de la enfermedad en el cuerpo del paciente, mientras más demoramos la enfermedad empeora y la demora se debe a que no se trabaja de forma integrar en los centros de salud”, explica Lescano.
Según el doctor el desconocimiento de la enfermedad por parte del sistema de salud también ocurre porque los médicos no están muy relacionados con patologías crónicas y su prevención, pues la academia “no estaba formando a sus alumnos en hipertensión pulmonar, y en los posgrados se tratan otro tipo de patologías dejando a esta de lado”.
Con la pandemia muchos pacientes tienen miedo de asistir a las consultas. “El covid como una enfermedad que se caracteriza por una fuerte agresión sobre el tejido pulmonar puede tener daños colaterales sobre estos pacientes”, enfatiza Lescano. A pesar de ello, asegura que por esa misma razón los protocolos de bioseguridad deben ser estrictos en los hospitales, pero la atención jamás se debería interrumpir.
De su lado, la representante de la Asociación Mexicana de Hipertensión Pulmonar, Paula Cabral García, afirma que existen problemas de abasto y de configuración de los cuadros básicos de hipertensión pulmonar en todos los países de la región, “de nada sirve que esté las medicinas en los cuadros si estamos con un desabastecimiento por falta de presupuesto”, agrega.
El Sildefanilo es el único medicamento ampliamente disponible para tratar la hipertensión pulmonar en Latinoamérica, sin embargo, “al ser un medicamento costoso es imposible de comprar, el trámite para adquirirlo es difícil”, apunta María Dolores Páez, paciente con hipertensión pulmonar.
Como parte de la campaña #ElSiguienteRespiro, las organizaciones de pacientes con hipertensión pulmonar lanzaron una petición para conseguir firmas y despertar el interés de la Organización Panamericana de la Salud, sobre los desafíos a los que se enfrentan quienes viven con hipertensión pulmonar.
Si deseas firmar la petición ingresa en el siguiente enlace: