Fausto Heredia Villacreses, es un médico cardioangiólogo intervencionista y hemodinamista, ha desarrollado una técnica para corregir la miocardiopatía hipertrófica, una enfermedad hereditaria o adquirida que afecta a 1 de cada 500 personas en el mundo, y que puede provocar muerte súbita a temprana edad.

La miocardiopatía hipertrófica se caracteriza por el engrosamiento anormal del músculo del corazón (miocardio), y afecta tanto a hombres como mujeres. Esta condición produce una pérdida de capacidad del corazón para bombear sangre eficazmente al resto del cuerpo, lo que desencadena ritmos cardíacos anormales potencialmente mortales (arritmias).

Hasta hace un año, esta enfermedad cardíaca solo se resolvía mediante cirugías invasivas como la implantación de marcapasos y la miectomía septal (operación a corazón abierto para extraer parte del músculo engrosado). También se tenía la opción de la colocación de un desfibrilador implantable y la ablación septal con alcohol (inyectar esta sustancia para inducir a un infarto, para reducir el engrosamiento).

Hoy, tras un año de haber puesto en práctica el método ecuatoriano y dar seguimiento a la evolución de la primera paciente intervenida percutáneamente, Ecuador expone al mundo su descubrimiento. Se trata de la técnica denominada Disección Controlada, que consiste en realizar una punción en la muñeca derecha (acceso radial derecho) y mediante el ingreso de unas guías se alcanzan las arterias del corazón, se introducen unos catéteres por donde se transporta un balón coronario, cuyo propósito es disecar de manera controlada el ramo septal que alimenta al septum interventricular donde ha sido engrosado, lo que provoca arritmias ventriculares malignas al paciente.

Durante el cateterismo cardíaco, se evalúa el estado hemodinámico (monitoreo de presiones sanguíneas en forma continua), clínico y eléctrico del paciente (detección de ritmos cardíacos) mientras se coloca el balón coronario. Si éste presenta alguna complicación o el infarto es severo, se puede reabrir la arteria y continuar con el procedimiento quirúrgico para alcanzar los resultados deseados, lo que no ocurre con otras técnicas.

La disminución de las complicaciones quirúrgicas y post quirúrgicas, así como la recuperación más acelerada del paciente, son otros de los beneficios de la técnica ecuatoriana, en la cual participa un equipo multidisciplinario conformado por: cardioangiólogo intervencionista y hemodinamista, cardiólogos clínicos, intensivista, anestesiólogo y personal de enfermería.

María Fernanda Cedeño, de 44 años, es la primera paciente que se sometió a esta técnica mínimamente invasiva. Hoy, gracias al equipo de CardioHeredia, superó su enfermedad e incluso logró quedar embarazada. “Cuando me enteré de la enfermedad, me asusté. Pensé que me iba a morir y sin poder tener bebés; sin embargo, no fue así. Ahora no solo soy madre, sino que me curé de una enfermedad que desconocía que tenía, pero que ya empezaba a darme síntomas”.

Hasta el momento, el Dr. Fausto Heredia Villacreses ha intervenido con esta técnica a dos pacientes con miocardiopatía hipertrófica, quienes se han recuperado satisfactoriamente gracias a esta innovadora técnica. Para acceder a la misma, se debe asistir previamente a una valoración cardiológica y, posteriormente, someterse a exámenes de laboratorio e imágenes (ecocardiograma y resonancia magnética) y electrocardiograma, para optimizar los cuidados perioperatorios.