Redacción Leo Santos

Según estudios, la fibromialgia está relacionada a pacientes que padecen lupus o artritis reumatoide. Su presencia puede originarse antes del diagnóstico de estas otras enfermedades, pero en algunos casos, los pacientes pueden padecer de fibromialgia al mismo tiempo que de lupus o artritis reumatoide.

¿Qué significa tener fibromialgia?

“A pesar de las molestias y los dolores musculares, la fibromialgia es una enfermedad que afecta a gran escala a nivel psicológico”, así describe Enma Pinzón su experiencia de padecer esta enfermedad.

En teoría, la fibromialgia es una afección crónica que causa dolor en distintas zonas del cuerpo. Quienes la padecen perciben dolorosos estímulos que usualmente no lo son.

En el Congreso Panamericano de Pacientes con Enfermedades Reumáticas, la reumatóloga, Ana Bernard, describió a la fibromialgia como una enfermedad a la cual le hace falta aún mucha investigación. Es por eso que sus causas aún son desconocidas, y sus síntomas llegan a confundirse con problemas articulares.

No obstante, según la especialista, existen dos tipos de fibromialgia:

  • Fibromialgia primaria: Es la enfermedad que no está acompañada, ni ha sido producida por otra patología. Su principal disparador son las situaciones extremas de carácter emocional o física al que está sometida una persona.

 

  • Fibromialgia secundaria: En este caso, la enfermedad está acompañada o producida a raíz del padecimiento de otras enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide.

A pesar de que se sabe poco sobre esta enfermedad, la doctora Bernard señaló que las mujeres son el grupo más propenso a padecer fibromialgia. Incluso son quienes sufren a mayor escala estos dólares debido al alto contenido de fibras nerviosas de dolor que poseen.

Síntomas

La fibromialgia no es igual en todos los pacientes, y cada uno llega a padecer síntomas distintos. Sin embargo, los dolores musculares son considerados como el más frecuente.

Además de la afectación muscular, los pacientes pueden padecer síndrome de colon irritable, fatiga y cansancio, calambres abdominales, hormigueos, e incluso problemas de comprensión y de memoria.

Para Enma Pinzón, paciente de artritis reumatoide y fibromialgia, las afectaciones psicológicas también son detonadores para sufrir esta enfermedad. “Situaciones emocionalmente duras de vivir como la muerte de alguien cercano, un accidente y una pérdida de empleo pueden ser momentos disparadores”, confesó la panameña.

En su experiencia, asumir prontamente el ‘luto’ de ser diagnosticado con una enfermedad crónica es el primer paso para controlar su condición.

Tratamiento

A través de su participación en el congreso, Pinzón explicó que “no existe un tratamiento estándar para todos los pacientes”. El médico encargado debe ser el responsable de diseñar un plan farmacológico individualizado de acuerdo a las parecencias de cada paciente.

Al tener una combinación de afectaciones tanto físicas como psicológicas, se recomienda a los pacientes de fibromialgia a contar con un tratamiento multidisciplinario.

Para su gestión, se requiere que los pacientes estén bajo el seguimiento de un reumatólogo, neurólogo, psiquiatra y un fisiatra. Cada uno tendrá una función específica en la cual trabajar; controlar y mejorar las situaciones de dolor, atacar las alteraciones psicológicas que generan brotes  y establecer rutinas suaves de ejercicio. Pero el trabajo de todos tendrá un fin común: mejorar la calidad de vida del paciente.

De igual manera, un factor que ayuda al control de esta enfermedad son los cambios al estilo de vida. Además de la actividad física regular, se aconseja consumir una dieta saludable libre de colorantes y temperaturas extremas, dormir bien y aprender a manejar el estrés. Esta última es importante ya que si una situación llegase a descontrolar la estabilidad emocional podría generar rebrotes.

La doctora, Ana Brandt, también recomienda una buena comunicación médico-paciente para que la relación entre ambos sea beneficiosa para combatir la fibromialgia.

No obstante, dejó en claro que la enfermedad no posee cura. “Una enfermedad bien controlada puede tener una remisión. Puede pasar en remisión años, pero una alteración emocional fuerte puede volver a disparar el problema”, aseguró la reumatóloga mexicana.