La voz de alerta está dada. Si en Quito no se adoptan medidas más severas el nivel de casos de coronavirus puede dispararse más y llegar a colapsar el sistema de salud local.
Las cifras son decisivas. El informe del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) señala para este lunes 13 de julio un total de 9.677 casos de Covid-19 en Quito. Hace una semana, el 6 de julio, la cifra era de 8.195.
Esto ha generado que la capacidad hospitalaria para atender los casos esté prácticamente al 100% y en peligro de colapsar, advierte Víctor Álvarez, presidente del Colegio Médico de Pichincha. La situación es tan crítica que a inicios de julio el Hospital Militar de la capital anunció que suspendía su servicio de consulta externa debido al incremento de casos y atenciones de pacientes por coronavirus.
«El número de pacientes en lugar de aplanarse se están incrementando de una manera sostenida, lo que ha generado que la demanda siga siendo alta y la oferta que tenemos no es la adecuada», dijo Álvarez a Infórmate y Punto.
El galeno indicó que se está dando atención a los pacientes, pero que hay muchos más en espera, por lo que se hace necesario una respuesta urgente de las autoridades para enfrentar esta situación con medidas efectivas de control. «Antes de la pandemia el control del pico y paca era mucho más estricto y efectivo. Ahora que necesitamos ese mecanismo no existe básicamente ese control a los vehículos», aseguró.
Las alternativas
Frente a este panorama el dirigente médico no duda en recomendar radicalizar las medidas de restricción que se aplican estos momentos en Quito.
Alberto Narváez, expresidente de la Federación Médica Ecuatoriana, concuerda con ese criterio ya que asegura que uno de los principales problemas es que la población ya no cumple con todas las medidas de bioseguridad, de distanciamiento social, entre otras, y tiende a relajarse.
Los galenos consideran que es necesario que el COE nacional autorice que en Quito se extienda el horario de toque de queda y que se implemente la ley seca. Esta última medida ya que los fines de semana, especialmente, se evidencian en algunos sectores fiestas al interior de las viviendas o reuniones en parques o plazas donde al momento de libar se olvida toda restricción.
«Acá el barrio se escucha toda la noche y hasta la madrugada fiestas con música a alto volumen. Es que estamos en temporada de grados también», dijo Carmen Granja, moradora del sur de la ciudad.
De hecho la prefecta de Pichincha, Paola Pabón, considera que no solo en Quito la situación es grave, sino en toda la provincia por lo que pide la aplicación de la Ley seca.
Además, Pabón junto a alcaldes de Rumiñahui, Mejía, San Miguel de los Bancos, Pedro Vicente Maldonado, Pedro Moncayo y Cayambe remitió un oficio al COE nacional en el que solicitan que, siendo cantones en semáforo amarillo, se autoricen las excepciones que se aplicaran en Quito, es decir toque de Queda entre las 21:00 y 05:00; atención en locales ocupando 30 por ciento de aforo, prohibición de cines, entre otras.