Universidades, instituciones y empresa privada emprenden en el proyecto Respira Ecuador para apoyar al país en la crisis del Covid 19.

Las unidades médicas del país están en riesgo de colapsar, en caso de un incremento de contagios por el Covid-19, esto porque, las personas contagiadas han perdido la suficiencia parcial o total respiratoria y los hospitales no cuentan con los insumos necesarios para tratar a todos.

Bajo esta necesidad, la UDLA, la Escuela Politécnica Nacional (EPN), la Escuela Politécnica del Chimborazo (ESPOCH), el Instituto de Investigación Nacional de Meteorología e Hidrología y empresas privadas como KIA, han creado el proyecto Respira Ecuador.

La construcción de un respirador artificial de fácil implementación y de bajo costo para tratar pacientes con covid-19, es el objetivo del proyecto y para esto se tomó como base un ventilador automático desarrollado en Colombia.

¿Qué es un ventilador o respirador artificial?

Es una máquina que ayuda artificialmente a reemplazar total o parcialmente la función de respiración de un paciente, en otras palabras, ayuda a introducir y extraer el aire de los pulmones.

¿Cómo funciona y beneficia al paciente?

Permite que el paciente tenga el aire suficiente tanto en presión, volumen y concentración de oxígeno, para poder mantener sus funciones vitales y cerebrales mientras pasa el periodo grave de su enfermedad pulmonar.

El proyecto se dividió para generar prototipos con diferentes características. Cada grupo está integrado por participantes de distintas universidades y empresas privadas a fin de lograr generar el ventilador en el menor tiempo posible.

En representación de la UDLA están los docentes de Medicina Jaime Flores, Ricardo Basurto y Vladimir Tituaña. Ellos junto a personal de KIA Motors, la semana pasada hicieron pruebas de los ventiladores en el Centro de Simulación Clínica (CSC), para comprobar si el prototipo cumple con los parámetros de ventilación necesaria para un paciente que necesita asistencia respiratoria.

El ventilador piloto fue construido en 20 días por un equipo técnico de cinco personas y con la supervisión de médicos de hospitales de la ciudad, pero si el equipo cumple con los requisitos necesarios su fabricación será en menor tiempo, así se podrá brindar asistencia a más pacientes infectados.