Usar canales digitales en época de pandemia no es una opción, sino un imperativo y una necesidad. Niños y jóvenes del Ecuador recibirán clases virtuales hasta finalizar el año lectivo en la Sierra y Amazonía y lo iniciarán así en la Costa.
Esto no modifica solamente la dinámica de espacios familiares, sino de alimentación, luminosidad, posición y horarios de recreación.
Es decir, cuidados de salud y de bienestar que deben preverse por al menos los tres meses de clases. No es lo mismo una clase presencial, en un aula de clases, en un pupitre, reguardando la distancia entre el alumno y el pizarrón, en que siempre el profesor puede corregir posición y atención. Ahora corresponde adecuar espacios de vivienda familiar para las clases. Y es importante tener algunos elementos en cuenta.
La exposición extendida a un dispositivo electrónico exige un esfuerzo visual diferente. Es necesario asegurar una ubicación y una posición adecuadas. Lo adecuado frente a un monitor es una distancia de 65 a 70 centímetros.
Así se puede visualizar el contenido, sin forzar la vista o el cuello, al presionar la cabeza hacia delante. A más de esos dolores, la distancia evita problemas de miopía que ahora se presentan también en los más jóvenes, inclusive pequeños, por el uso exagerado, sin los cuidados debidos, de dispositivos electrónicos.
No es necesario medir con exactitud esa distancia: solamente hay que estirar el brazo hacia el monitor, observar la ubicación de la mano, cerciorarse de que la cabeza mantenga una posición equlibrada y cómoda respecto a los hombros, y esa es.
Sentarse en una silla ergonómica es lo adecuado. Sin embargo, en la emergencia hay que acoplarse. Lo ideal es una silla que tenga un soporte lumbar, que tenga dónde apoyar los brazos y un asiento acolchado. ¿Cómo saber si es la silla adecuada? Porque no habrá dolores de espalda posteriores al uso.
La iluminación también es importante. ¿Cuál es la mejor? La luz natural es fundamental, contribuye a buen ánimo y a aprender mejor. Evita brillos en las pantallas, pero si no hay opción, el Led será el mejor aliado.
No se puede descuidar la exposición al sol. Acoplarse a la situación es ahora la clave. Si se dispone de un patio, de una terraza o un balcón, esa es la solución: niños y jóvenes deben salir a ese espacio. Si no, se puede acudir a alimento que los compensan. Por ejemplo, los champiñones, el queso, el atún y los huevos, entre otros.
¿Por qué es importante la vitamina D? Sobre todo en los más pequeños, evita el raquitismo y problemas de huesos.
La emergencia genera tensiones, hay que gestionarlas de la mejor manera con los cuidados que sean posibles de aplicar, permaneciendo en casa y avanzando día a día.