Desconcierto e incertidumbre es lo que atraviesa el mundo en una situación que los científicos del planeta la tenían presente: desde inicios del siglo XX ya se advertía la posibilidad de que aparezca una pandemia. Lo que no se sabía era cuándo ni cuál. De todas maneras, tomó desprevenidos a los países, a sus sistemas de salud y a los seres humanos, ya que no se trata de nacionalidades ni de fronteras. Por eso se deberían promover las respuestas conjuntas.
Para el doctor César Paz y Miño, médico genetista y con una maestría en enfermedades infecciosas, la situación en el Ecuador y en particular en Guayaquil no presenta una incidencia de mortalidad exagerada respecto a otras partes del mundo. El promedio es de 2,5%, en el Ecuador ronda el 3%, mientras en Italia llega al 6,8%.
“Los sistemas privados de salud no pueden hacer frente a una situación de esta naturaleza. Ni a las que son ya permanentes, como el dengue, la malaria, tuberculosis e incluso, la incidencia de cáncer. Por eso plantea que la visión debe ser global enfocada a robustecer el sistema público y no únicamente dirigido a la actual emergencia.”
Lo que deja en evidencia esta pandemia, que sí pone a Ecuador como uno de los 5 países más golpeados por el COVID 19 en América del Sur, es una estructura socioeconómica compleja con extensos cinturones de miseria en Guayaquil y un sistema público de salud debilitado, que ha tenido una disminución de presupuesto del 36% en los últimos años.
Paz y Miño es enfático: los sistemas privados de salud no pueden hacer frente a una situación de esta naturaleza. Ni a las que son ya permanentes, como el dengue, la malaria, tuberculosis e incluso, la incidencia de cáncer. Por eso plantea que la visión debe ser global enfocada a robustecer el sistema público y no únicamente dirigido a la actual emergencia.
Y añade que el complejo relacionamiento social del Ecuador evidencia la desatención de la salud a los sectores más vulnerables. Y esto se agrava en la Costa. El experto indica que, en zonas tropicales, como las que tienen Ecuador, Colombia y Venezuela, por citar algunos
países, la convivencia ya es difícil y hacen que el aislamiento social obligatorio sea muy complicado de acatar. Por eso una medida al parecer simple, es complicada de obedecer.
¿Cuál es la importancia del aislamiento social? Cada individuo contagiado puede infectar de 3 a 8 personas. La medida puede lograr aplanar el pico máximo de exposición y aplanarlo lo más posible para poder gestionar los casos.
Al superar la emergencia, la gran lección que subraya Paz y Miño es que el sistema de salud público debe ser fortalecido y es tarea de los ciudadanos, defenderlo.
Emilia Simon para Diariosalud