«Tengo un mensaje para la gente joven: no sois invencibles. Este virus os puede llevar al hospital durante semanas e incluso mataros», dijo el viernes en rueda de prensa Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las autoridades sanitarias aprovecharon así su comparecencia diaria para poner el foco en las personas jóvenes, que no se consideran población de riesgo como las personas de edad avanzada con patologías previas.

El motivo es doble. Por un lado, los jóvenes también deben seguir el mantra «quédate en casa» para frenar la cadena de contagios del nuevo coronavirus. Por otro, neumólogos de diversos centros hospitalarios advierten que los millennials no están a salvo.

«Personas jóvenes y sanas pueden tener síntomas graves. Deben ir con mucho, mucho cuidado», había advertido dos días antes Michael J. Ryan, director ejecutivo de la OMS, apelando a la percepción del riesgo de las personas de menos edad.

En España, una de cada cinco personas con COVID-19 tiene entre 20 y 39 años, según los primeros datos publicados por edades. Los positivos en el grupo de entre 20 y 29 años son 1.285, de los que el 14,2% fueron ingresados en hospitales y el 0,6% en la UCI. De los 30 a los 39 años, hay 2.208 personas con COVID-19, de las cuales un 16,5% acabaron en el hospital y el 0,7 % en la UCI.

Radiografías pulmonares blancas

Profesionales sanitarios de hospitales españoles coinciden en señalar la gravedad de las neumonías de algunos jóvenes. «Hay un pequeño porcentaje –que desconocemos– de personas jóvenes que ingresan muy graves», confirma a SINC Antoni Torres, responsable de la Unidad de Vigilancia Intensiva respiratoria del Hospital Clínic de Barcelona. La mayoría de estas personas, tanto hombres como mujeres, tienen alrededor de 30 años, detalla. Si la enfermedad no es grave, la persona puede estar unos diez días ingresada. En los casos más severos, los pacientes pueden pasarse más de tres semanas en la UCI.

La radiografía torácica permite a los médicos observar los pulmones de los pacientes. El color negro es sinónimo de salud, mientras que el blanco refleja la reacción inflamatoria del pulmón. Los médicos aún desconocen si el virus consigue entrar en el pulmón. «La evolución de las imágenes radiológicas es muy aparatosa: tienen el pulmón blanco», cuenta Álvar Agustí, director del Instituto Respiratorio del Hospital Clínic, que admite la excepcionalidad de la situación.

Además, algunos de estos casos jóvenes pueden estar estables y parecer que mejoran, pero en cuestión de horas empeoran de forma súbita y desarrollan una neumonía. «No lo habíamos visto nunca», admite Torres.

La causa de la severidad en jóvenes

Uno de cada cinco hospitalizados por COVID-19 en Estados Unidos tiene entre 20 y 44 años, según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) que recoge los primeros casos del país,

casi 2.500 personas. Los pacientes en esta franja de edad representan el 12% de los ingresos en la UCI. Los datos preliminares demuestran que la severidad de la enfermedad, teniendo en cuenta la hospitalización, el ingreso en la UCI y la muerte, puede afectar a personas adultas de cualquier edad.

«Aquí hay un patrón de edad de personas afectadas diferente en comparación con China y Francia», explica a SINC Antonio Anzueto, profesor de mMedicina en la Universidad de Texas en San Antonio (EEUU). El experto en enfermedad pulmonar cuenta que los pacientes son «gente más joven y gravemente enferma», entre los 40 y los 50 años.
El médico no atribuye esta diferencia a una posible mutación del virus. Anzueto apunta a que en Estados Unidos, desde el principio, el paciente de edad avanzada se ha quedado en casa y ha reducido los contagios. En cambio, «la gente joven sale más y está más expuesta» al nuevo coronavirus.

Los profesionales sanitarios no saben por qué hay jóvenes que desarrollan neumonías graves, pero descartan que se deba a la virulencia del SARS-CoV-2. A priori, sospechan de una respuesta exagerada del sistema inmunitario, determinada por el perfil genético del paciente.

Algunos de los neumólogos consultados por SINC ya están solicitando proyectos de investigación para entender los motivos y encontrar un tratamiento eficaz. Un fármaco contra la malaria –que ya se está probando en ensayos clínicos– podría convertirse en un aliado por su doble capacidad antiviral e antiinflamatoria.